Un autor realizó una investigación sobre el sentido de la vida. Entrevistó a aquellos que aparentemente lograron todas sus metas y fueron exitosos y a los que vivieron en el anonimato. Uno de esos exitosos era uno de los empresarios más ricos y exitosos del mundo, consejero de presidentes norteamericanos y un influyente político.
Cuando le preguntó cómo resumiría su vida contestó que aunque era un agnóstico, podría resumirla con un versículo: Lucas 5:5 «toda la noche hemos trabajado y no hemos pescado nada» dando a entender que todo lo que había hecho y logrado no le sirvió de nada.
En Chicago entrevistó a un obrero que hacía alcantarillas en las calles y le preguntó lo mismo que al empresario. El obrero contestó: «hoy cavé un pozo para ganar un dinero para comprar comida para recuperar mis fuerza para cavar otro pozo».
Su respuesta fue una versión moderna de lo escrito por Salomón miles de años atrás en el libro de Eclesiastés, cuando dijo: «Vanidad de vanidades dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Que provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?»
Harold Kushner cuenta en su libro «Cuando todo lo que Ud. alguna vez quiso, no fue suficiente» que recibió la visita de un exitoso ejecutivo que estaba depresivo. Este ejecutivo le contó de una visión que tuvo en el funeral de un amigo, la semana anterior.
No era el funeral lo que lo angustió, sino lo rápido que se retiró la tablilla con su nombre en la puerta de su oficina donde trabajó y todas sus pertenencias, fue «como que nunca estuvo ahí». La visión que tuvo en el funeral la describió así: «vi un bosque y dentro una plácida laguna y una pequeña piedrita había sido lanzada a ella. Hubo unas cuantas ondas, que rápidamente desaparecieron.
Pareció que la piedrita nunca estuvo allí». Al momento de tocar esa piedrita el agua era como el momento que nació su amigo, cuando la piedrita terminó de hundirse fue como cuando murió, las ondas que rápidamente desaparecieron representaba su recuerdo que pronto desapareció.
Lo que quiero hacer es ahorrarte esfuerzo en tu búsqueda, consciente o inconsciente, de encontrar el propósito o el significado de tu vida en todo aquello que este mundo materialista te ofrece. Salomón ya lo intentó, el empresario norteamericano, el obrero de Chicago, y muchos otros y no hallaron ninguna luz al fondo del túnel. ¿Crees que caminando el mismo camino que ellos los resultados para ti serán distintos? ¡No! No los serán.
Salomón concluyó con esto: «El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre». Eclesiastés 12:13
Salomón conoció a Dios, sin embargo, buscó egoístamente satisfacer sus deseos, creía que podía ganarle a Dios, creyó de alguna manera que otros dioses (poder, prestigio, placer y plata) podían llenarlo más. Y emprendió un camino en círculos para llegar de vuelta a donde partió. Fuera de Dios no hay nada. Nada tiene sentido sin Él y no importando lo que hagamos, nada tendrá sentido después de que partamos. Uno mayor que Salomón, Jesús, dijo: «Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?» Le toca a cada uno responder con toda sinceridad esta pregunta.